Introducción
La República Dominicana desde sus inicios como Estado independiente ha venido atravesando por graves problemas económicos, los cuales se han ido agudizando según transcurren los años. En vista de esto las autoridades gubernamentales en su afán de apalear esa crisis se han visto en la necesidad de recurrir al endeudamiento externo como una forma de contrarrestar la crisis económica y social.
El endeudamiento público externo o acuerdo de préstamos contraído por el sector público con otros países y en los cuales se establece el pago de intereses y amortización de capital en moneda extranjera y fechas específicas, ha sido el principal instrumento empleado por el gobierno para financiar los déficits económicos por el cual ha atravesado la nación dominicana.
Según el gobierno dominicano los diferentes empréstitos realizados generarán los recursos necesarios que permitan realizar los ajustes económicos para poner a funcionar el aparato productivo nacional. Sin embargo, a pesar de la gran cantidad de flujo de capitales que ha llegado al país en condiciones de préstamos, estos no han podido desarrollar su estructura positiva por varias razones; una de las razones principales es que un gran porcentaje de los recursos provenientes de los préstamos han sido devueltos a las grandes potencias y a los bancos comerciales dominicanos en forma de pagos de intereses y amortización de deudas anteriores. Además, la corrupción administrativa de los altos funcionarios imperante en nuestro país los cuales han causado la fuga de capitales proveniente de la deuda externa.
Causas y Consecuencias de la Deuda externa e Interna de Republica Dominicana.
Causas históricas de la deuda externa en República Dominicana.
La deuda publica o del Estado tiene su origen en un acontecimiento histórico antes del nacimiento de la Republica Dominicana, estamos hablando del año 1822, en el periodo de integración de la parte este de la isla, con la Republica de Haití, durante el gobierno de Boyer; este dispone adjunto de una comisión de dominicanos y haitianos que propiedades debían pertenecer a la Republica, por las siguientes razones:
- Porque sus dueños no estuvieran por haber abandonado el país mucho tiempo antes de los acontecimientos que habían ocasionado el cambio realizado.
- Porque se hubieran ausentado del país, aunque con permiso con la intención de no regresar a causa de no encontrarse conforme con el sistema de gobierno establecido.
- Porque hubieran hecho abandonos de ellas con motivo de no poder satisfacer la renta del capital con que estaban gravadas o hipotecadas.
A finales de 1866, presionado Cabral por los reclamos de los acreedores nacionales y extranjeros del gobierno que demandaban el cumplimiento de promesas de pagos de más de medio millón de pesos en papel moneda que el gobierno de Báez se negó a redimir, acosado a su vez por la falta de recursos para pagar a soldados y empleados y por la falta de armas y equipos para enfrentar la insurrección, inicio gestiones ante el gobierno de los Estados Unidos para obtener un préstamo que envolvía entre uno y dos millones de dólares.
Pero los condicionamientos del presidente Johnson estaban basados en la venta o arrendamiento de la Bahía de Samaná. Pero en esa oportunidad no se concertó acuerdo alguno, debido a la división de opiniones del gabinete de Cabral.
Para la cuarta administración de Buenaventura Báez, luego de la renuncia del presidente Cabral el 31 de Enero de 1868, Báez regresa el 29 de Mayo de ese mismo año; La Convención Nacional, resultado de las elecciones de diputados que inicio labores el 20 de Mayo con el objetivo de promulgar una Constitución y recibir el juramento del presidente de la Republica y designar los funcionarios atributivos a la representación nacional y resolver los problemas urgentes de la hacienda publica, Báez fue juramentado el 2 de Mayo.
Por su parte, el primer acto de la convención nacional fue autorizar el poder ejecutivo el 18 de Abril de 1868, para que sobre el crédito de la nación, y con las garantías e hipotecas de costumbre, contratara uno o más empréstitos por la suma de dos millones de pesos fuertes, para que el país pudiera entrar en la vía del proceso y contara con elementos indispensables para conservar el orden público y dar ayuda y protección a la industria nacional.
Nuevamente la tensa situación resultó infructuosas las gestiones con miras a obtener el préstamo de los Estados Unidos, ahora no solo por las protestas de los opositores de Báez, sino que ni en los aprestos hechos para la anexión a los Estados Unidos apoyado por su congreso dominicano, al ser tramitado las solicitudes de Báez al presidente Johnson este último no concertaba el apoyo en el congreso.
Empréstito Harmont y proyecto anexionista:
La situación publica que vivía el país, las amenazas e intentos de invasiones, frentes de guerra y las movilizaciones de tropas afectaron los ingresos del gobierno una vez más y para salir de las dificultades el presidente Báez recurrió el 1 de Mayo de 1869 a la celebración de unos empréstitos con la casa Harmont y CIA de Londres por la suma de 420 mil libras esterlinas y establecer un convenio con señores Edward Prime Júnior y Edward Prime Hollister, ambos de New York para el establecimiento de un Banco de Descuento, cambio, depósitos, que también podía emitir papel moneda de circulación nacional.
El proyectado Banco funcionó menos de un año, el papel moneda emitido solo fue apreciado por algunos círculos del comercio de la capital y los depósitos y los cambios eran muy escasos, según el contrato con la empresa Harmont el gobierno se comprometía a pagar las 420 mil libras esterlinas prestadas en un plazo de 25 años mediante pagos semestrales de 58,400 libras esterlinas. El contrato establecía que por concepto de "comisión" los banqueros restarían del monto total del préstamo la suma 100,000 libras esterlinas. En síntesis el gobierno recibiría 300,000 libras esterlinas, pero pagaría en 25 años, 1,472,500 libras esterlinas.
La deuda dominicana representada por emisiones al portador, según el contrario estaría garantizadas por todos los activos del Estados incluyendo los derechos de la aduana sobre las importaciones y exportaciones por los Puertos de Santo Domingo y Puerto Plata, los cuales ascendían aproximadamente a 500,000 pesos con el fin de asegurar dichos ingresos a la firma Harmont.
Esa empresa queda autorizada a nombrar representantes en ambas aduanas para controlar las operaciones, recibir los valores y remitirlos al cónsul de su majestad británica en santo Domingo.
El gobierno dominicano, por su parte, se comprometía a no introducir durante el periodo del contrato ninguna modificación a su tarifa aduanera que disminuyeran los ingresos a menos que se hicieran de mutuo acuerdo.
Como garantía adicional, la Republica otorgaba a los Sres. Harmont & CIA o a sus causahabientes, una primera hipoteca sobre los yacimientos de carbón y sobre los bosques de la península de Samaná mas "los derechos que ingresaren al Estado por exportaciones del guano de la isla de Alto Velo".
Cuando el empréstito Harmont fue conocido por los Estados Unidos causó preocupación de parte del presidente Grant, quien hacia poco había asumido el poder y era a su vez un firme partidario de la anexión de Santo Domingo a los Estados Unidos.
El presidente Báez prefiere pasar a negociar con Estados Unidos para lo cual se formula el anteproyecto del tratado que estipulaba entre otras cosas la anexión del territorio dominicano obligándose el gobierno americano a pagar en anticipos la suma de 1,500 mil dólares para liquidar la deuda publica dominicana.
Mientras esto ocurría, según habían acordado funcionarios dominicanos y norteamericanos, el presidente Báez aceleraba los preparativos para que el pueblo aprobara o rechazara la anexión, mientras por otro lado ordenó al Senado Consultor de la Republica, la anulación del contrato firmado el 1 de Mayo del año anterior con la empresa Harmont.
Empréstito de la Westendorp y CIA.: Gobierno de Lilís.
Otro periodo de empréstitos relevantes tuvo lugar en el gobierno de Eulises Heureaux en el que la crisis económica redujo considerablemente los ingresos del gobierno a un punto tal que en Diciembre de 1887 tenía más de siete meses de sueldos atrasados a los empleados públicos, y el dinero circulante se había disminuido muchísimo.
Esa situación y las constantes reclamaciones de pagos de las juntas de créditos que prestaban al gobierno a intereses altísimos, fueron examinadas por Lilís en su mensaje al congreso en Octubre de 1888, de esta manera: "Las crisis económicas que amenaza con echar al suelo mi gobierno, produce esencialmente una aguda escasez de circulante.
Para reducir sus efectos sociales y políticos, es necesario conseguir nuevos e importantes ingresos, los que en la presente situación solamente pueden ser obtenidos mediante un empréstito internacional".
Generoso de Marchena enviado del presidente Heureaux a Francia entró en contacto con el Conde Oksza con quien firmó un acuerdo de empréstito el 14 de Junio por un monto nominal de 770,000 libras esterlinas, y dos meses más tarde el prestamista traspaso dicho acuerdo a la empresa holandesa Westendorp & CIA reservándose una ganancia descontadle del monto total del empréstito de 28 millones libras esterlinas como parte de su comisión.
Empréstito de la Santo Domingo Improvement Company:
El presidente Heureaux quiso obtener nuevos préstamos en esta ocasión Improvement Company este nuevo acuerdo estipulaba "se haría una emisión de bonos por 1,250,000 pesos oros americanos, destinados a cancelar la deuda interior ascendente a 659,000 pesos plata y asegurar el pago del presupuesto".
"El contrato con la Improvement incluía en el primer acápite de su artículo primero la conversión de los bonos al 6% de los empréstitos de 1888 y 1890, reembolsables en 30 y 56 años respectivamente, con el propósito de reducir el interés de la deuda exterior a un tipo de 4%; pero esta aparente ventaja palidecía ante el reconocimiento definitivo que hacia el gobierno dominicano de haber recibido la totalidad de los empréstitos de la Westendorp, cuyas entregas jamás se hicieron completa a dicho gobierno y acerca de las cuales nunca los funcionarios de La Régie o de la Casa Ámsterdam, dieron liquidaciones finales".
"El segundo acápite del segundo articulo establecía que el gobierno prepararía inmediatamente y entregaría a la Improvement sus bonos oro 4% de 20 y 100 cada uno, con denominación Bonos Oro Consolidados de la Republica Dominicana con una suma total de 2,035,000 pagando interés del 4% anual, pagadero semestral el 1 de Enero y el 1 de Julio de cada año, en los mercados de Europa y América que la Compañía indique.
Esos bonos serán pagados en 66 años con una amortización de ½ anual del capital y estaban garantizados por la totalidad de entradas aduaneras vigentes o por crearse y por una hipoteca sobre el Ferrocarril Central Dominicano que en lo adelante pasaba a hacer explotado y administrado por la Improvement.
La Deuda externa en la Segunda República. (1865-1916):
Este periodo se caracterizó por una baja de los ingresos aduanales y baja de precios de los productos agrícolas. En este periodo, solo para el año 1926, exactamente el 9 de Octubre, el Congreso Nacional aprobó, luego de la autorización de Estados Unidos la emisión en bonos de US$10,000,000.00 amortizables a los 14 años con un interés de 5% y una prima de 1%. Esta fue promulgada por el presidente Vásquez.
Dicha legislación establecía que tales fondos seria empleados en obras de infraestructura (construcción de acueductos, mejoras de puertos, construcción de carreteras y caminos, construcción de escuelas, etc.)
La Deuda externa en la Tercera República. (1924-1930):
La segunda guerra mundial, unida a la política de "buen vecino" vigente para esos años proporcionó un clima favorable para que el gobierno dominicano lograra alcanzar un nuevo acuerdo con Estados Unidos que anulo algunos elementos irritantes de la convención de 1924, como lo era el control norteamericano de las aduanas, un viejo anhelo del pueblo y una temprana ambición de Trujillo que veía en este control un serio obstáculo para la ampliación de sus negocios.
Ese acuerdo fue alcanzado a finales de 1940 y para su firma Trujillo se trasladó a Washington con el claro propósito de explotar el hecho como una conquista personal.
Dicho acuerdo, firmado el 24 de Septiembre de 1940, y que en Santo Domingo fue bautizado con el nombre de "Tratado Trujillo-Hull", elimino la receptoría y el control norteamericano sobre los aranceles y permitía al gobierno dominicano aumentar su deuda externa sin tener que pedir permiso al gobierno norteamericano.
Sin embargo, el Estado dominicano puso en garantía de pago de la deuda exterior pendiente, la que ascendía en esos momentos a 12 millones de dólares, no solo las rentas aduaneras, sino también todas sus rentas.
El gobierno norteamericano a su vez introdujo en el nuevo acuerdo un mecanismo de pago acelerado, ya que la suma a pagar por amortización de la deuda iba en aumento proporcional a los que registraran las finanzas del Estado. A la llegada al poder de Rafael Leónidas Trujillo, en el año 1930, la situación económica del gobierno central era delicada. Los ingresos fiscales habían caído significativamente. Sin embargo, consciente de su proyecto económico – político, dispuso de medidas fiscales y monetarias tendentes a aumentar los ingresos del Gobierno, para lo cual no escatimo ningún tipo de esfuerzos. También se propuso el pago de la deuda externa, lo que logro totalmente en Julio de 1947.
La Deuda Externa en la Dictadura de Trujillo. (1930-1965):
Para este periodo, la deuda externa global dominicana tuvo un crecimiento sostenido, al pasar de US$161.0 millones en el 1966 a US$1,353. millones en el 1978.
En el gobierno del Dr. Joaquín Balaguer la orientación de la política económica del gobierno, el desvió de las divisas hacia la industria de la construcción, servicio y no hacia la producción agrícola, conjuntamente con el creciente aumento de la deuda externa, debido al déficit de la balanza de pagos, arrojan ya en 1969 un saldo desfavorable en la balanza comercial del país.
Sin embargo, el aumento creciente de los precios en el mercado mundial favoreció el volumen en RD$ de las exportaciones dominicanas de los años anteriores hasta el 1974.
La Deuda Externa en el Gobierno del Dr. Joaquín Balaguer. (1966-1978):
En este periodo el endeudamiento externo fue usado como un mecanismo de financiamiento para la acumulación de capitales y el consumo superfluo; otra causa fue la progresiva desvalorización del peso dado el uso abusivo en la práctica de emisiones inorgánicas; el financiamiento del déficit de la balanza de pagos.
Dada la imposibilidad de "racionalizar "las importaciones a través de sanciones políticas especificas se incrementó el endeudamiento externo para financiar nuevas importaciones que se traspasó a través de medidas administrativas, la papa "caliente "al mercado paralelo dando lugar a la flotación de la moneda nacional.
El incremento de la deuda externa para financiar el déficit externo en los últimos dos años ha terminado erosionar la capacidad de endeudamiento externo del país. En efecto junto a las presiones derivadas de la política de endeudamiento creciente, adoptadas desde 1978 se encuentra el endeudamiento para financiar la balanza de pagos.
La Deuda Externa en el Gobierno del Dr. Salvador Jorge Blanco. (1982-1986):
Para este periodo, la deuda externa global dominicana tuvo un crecimiento sostenido, al pasar de US$2,923 millones en el 1982 a US$3,810 millones en el 1986.
El desequilibrio que experimento la economía tanto a lo interno como lo externo en este periodo llevo a las autoridades a firmar un acuerdo con FMI, en el año 1983. Dicho acuerdo busca que la economía dominicana produjera el excedente necesario para el pago de la deuda externa.
A partir de este año la puesta en vigencia del acuerdo hizo traspasar una parte importante de las importaciones que se hacían a través del mercado oficial al mercado privado esto provoco devaluaciones excesivas en el peso dominicano.
Algunas medidas que se desprendieron del acuerdo fueron:
- Reducir el gasto público y el consumo.
- Disminuir la emisión de dinero inorgánico.
- Suplir el déficit de la Balanza de Pago.
Aunque este gobierno ensayo un nuevo modelo para el aumento de la exportación tratando de promover productos de exportación no tradicionales, esto no tuvo gran efecto, pues seguía sobre poniéndose el peso de la deuda externa dado las altas tasas de intereses en los bancos, la baja del precio del azúcar (exportación), el aumento constante de los gastos corrientes del Estado, la ineficiencia de las empresas Corde y la deficiencia administrativa han impedido el crecimiento esperado. El acuerdo fue suspendido en Septiembre del 1983, porque el país no cumplió con los fuertes ajustes previstos. El FMI llego solo a desembolsar US$130 millones.
La Deuda Externa en el Gobierno del Dr. Joaquín Balaguer. (1986-1996):
En el año 1986, el Dr. Balaguer encontró la deuda externa en 3,810 millones de dólares.
En este periodo se suspendió el pago de la deuda externa; lo que contribuyó a aislar a la Rep. Dom. (en el periodo de 1986-1990), aumentando la deuda externa a 3,900 millones de dólares.
A finales del año 1990, Balaguer retornó a las negociaciones con el FMI. Se inicio así un programa de reestructuración económica sustentado en la reforma arancelaria y financiera.
Durante el 1995 el sector público de la Republica Dominicana recibió recursos provenientes de financiamientos externos de mediano y largo plazo por US$208.3 millones y US$169.81 millones a corto plazo incluyendo operaciones corrientes y avances para ser pagados con futuras exportaciones, para un total de US$378.11 millones. Además, se promulgaron nuevos Códigos de Trabajo tributario (1992).
La deuda externa en el gobierno del Dr. Leonel Fernández Reyna. (1996-2000):
El gobierno del Dr. Leonel Fernández encontró en el año 1996 una deuda externa de US$3,994 millones, dejándola al término de su periodo de gobierno en el año 2000 en US$3,676 millones, disminuyendo esta significativamente, lo que permitió que la Rep. Dom. No siguiera por el camino del endeudamiento externo. De acuerdo con las cifras el Dr., Leonel Fernández disminuyo la deuda en un 10%, lo que equivale a más o menos US$300 millones de dólares.
La deuda externa en el gobierno del ing. Hipólito mejía. (2000-2004.)
A finales de 2000 la deuda externa ascendía a 3,384.8 millones de dólares. En ese momento el gobierno defendía la tesis de que Rep. Dom. era uno de los países menos endeudado de América latina. Con esa justificación se hicieron dos emisiones de bonos soberanos por un monto conjunto de 1,100 millones de dólares, además de otros prestamos con bancos internacionales privados y organismos multilaterales.
No se contaba en ese momento con el "shock interno" de la quiebra de tres bancos comerciales que obligo al Banco central a ceder facilidades en aportes de liquidez y adelantos de redescuentos por 98 mil millones de pesos a esas entidades financieras lo que incluyo garantizar ahorros por 60 mil millones de pesos a los clientes de esas entidades.
A finales del 2001 el monto de la deuda era de 4,137.3 millones de dólares, de los cuales el 28% era con la banca privada y el resto con entidades multilaterales y otras naciones.
La deuda con la banca privada registró un importante aumento con relación al 2000, cuando era 18.9% lo que rompe con la tendencia registrada en el último lustro. Este incremento es considerado una importante causa del elevado servicio de la deuda en dólares lo que fue incrementado con la segunda emisión de bonos soberano por 600 millones de dólares en Enero de 2003.
Desde el 2005 en adelante
La deuda externa dominicana ha sufrido una evolución peligrosa en los últimos años, que ponen en riesgo la salubridad de las finanzas públicas. De acuerdo con la Dirección General de Crédito Público, en el año 2005 la composición de la deuda externa dominicana era la siguiente: 29.3% (deuda multilateral), siendo el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el mayor acreedor con US$1,257.6 millones; 39.7% (deuda bilateral), siendo el mayor acreedor los Estados Unidos con US$761.0 millones; 31% (deuda privada), siendo la emisión de bonos el mayor componente de esta categoría, por un valor de US$1,149.3 millones.
En definitiva, para el año 2005, la composición de la deuda externa dominicana era un 69% deuda oficial y un 31% de deuda privada, para un total de US$5,847.1 millones.
Para el año 2006, la composición de la deuda externa dominicana era la siguiente: 28.9% (deuda multilateral), siendo el BID el mayor acreedor con US$1,330.7 millones; 41.3% (deuda bilateral), siendo el mayor acreedor los Estados Unidos con US$544.3 millones; 29.8% (deuda privada), siendo la emisión de bonos el mayor componente, por un valor de US$1,496 millones. Para el cierre del año 2006, la composición de la deuda externa dominicana era un 70.2% deuda oficial y un 29.8% deuda privada, para un total de US$6,295.5 millones.
A partir de 2007, Venezuela pasó a ser el mayor acreedor del país, por concepto de la deuda bilateral, por un valor de US$733.1 millones, de los cuales US$707.2 millones correspondieron a la factura petrolera por concepto del Acuerdo Petrocaribe. En ese año la deuda por concepto de bonos cayó a US$1,389.8 millones.
Con la irrupción de la crisis financiera global entre 2008 y 2009, la deuda bilateral inició a aumentar por concepto del Acuerdo de Petrocaribe, dicha deuda ascendió a un monto de US$1,232.6 millones y US$ 1,466.8 millones, entre 2008 y 2009, respectivamente.
La principal razón de este aumento se debió al aumento de los precios del petróleo en los mercados internacionales, que trajo como consecuencia un aumento de la factura petrolera para el país. Sin embargo, la deuda privada por concepto de bonos disminuyó a US$1,283.7 millones y US$1,177.5 millones, entre 2008 y 2009, respectivamente.
Esto se debió básicamente a la incertidumbre en los mercados de capitales generada por el estallido de la crisis financiera. La deuda externa cerró en 2008 y 2009 con un balance de US$7,218.8 millones y US$8, 214.7 millones, respectivamente. Sin embargo, a partir del 2010 inicia la tendencia alcista en la deuda externa privada, específicamente por concepto de bonos, que en ese año fue de US$1,822.1 millones, dicha tendencia alcista se mantiene hasta nuestros días.
Por otra parte, la deuda por concepto de Petrocaribe inició de igual manera su escalada alcista hasta el año 2014, donde alcanzó su máximo histórico de US$ 4,121.6 millones, y representó un 25.1% del total del financiamiento externo para ese año, solo superado por la deuda privada en bonos, que fue de US$5,260.8 millones, para un 32% del financiamiento externo del país.
Vale la pena destacar, que el año 2014 marca el punto de inflexión de las fuentes del financiamiento externo de República Dominicana, ese año fue el último en que la mayoría de la deuda externa era deuda oficial no deuda privada. El total de la deuda oficial fue de un 61.8%, mientras que la privada fue de 38.2%. La deuda externa del país cerró el año 2014, con un monto de US$16,435.7 millones.
A partir del año 2015, es que inicia el giro de 180 grados en las fuentes de financiamiento externo del país, el porcentaje de la deuda privada ese año fue de 58.7%, mientras que la deuda oficial fue 41.3%. El mayor componente del financiamiento externo ese año correspondió a la deuda en bonos que fue US$8,632.6 millones, para un 53.1% del total del financiamiento externo del país. Desde entonces, la emisión de bonos ocupa la primacía en el financiamiento externo del país.
Conclusión
Como he podido apreciar, el aumento constante de los niveles de endeudamiento puede mermar el crecimiento a largo plazo, y como consecuencia, una reducción de las recaudaciones que podrían poner en aprietos a los gobiernos para hacerle frente a sus compromisos fiscales, la Republica Dominicana no está exenta de esta tendencia. El Gobierno dominicano debe mejorar la calidad del gasto e ir cambiando la composición de la deuda, por una deuda denominada en moneda local para que sea más fácil monetizarla cuando llegue un ciclo económico recesivo.
Desde 2005 a 2018, hemos sido testigos de cómo la deuda multilateral tiene cada vez menos peso en la composición de la deuda externa del país. Por ejemplo, en 2005 la deuda multilateral (aquella con organismos internacionales) era de un 29.3% del total de la deuda externa del país, mientras que la deuda privada (aquella que incluye a la banca, bonos y suplidores) era de un 31%, pero la diferencia no era estadísticamente significativa. Sin embargo, en 2018 la deuda multilateral apenas representó un 21.8% del total de la deuda externa, mientras que la deuda privada un 68.5% del total.
Una disparidad tan abismal en la composición de la deuda externa del país entre la deuda multilateral y la privada es peligrosa para la estabilidad de las finanzas públicas, y más cuando existe un riesgo de insolvencia fiscal. En el año 2019, el país destinó un 24% de su presupuesto solo para el pago de los intereses del servicio de la deuda, y ante un riesgo de default o cesación de pagos, es mucho más difícil negociar con los acreedores, y más si estos son privados.
República Dominicana debe mirarse en el espejo de Argentina al momento del default más grande de la historia en 2002, por un valor de US$145,000 millones. El 83% de la composición de la deuda argentina era de carácter privado, y el 97% de ella denominada en dólares estadounidenses. Por tal razón, al Gobierno de Néstor Kirchner se le dificultó renegociar el total de la deuda privada del país con los tenedores de bonos, en especial con los llamados fondos buitre, o holdouts como se conocen en inglés.
Además, de la renegociación, Argentina logra aliviar un poco el peso de su enorme deuda, aumentando su financiamiento en moneda local. En 2001, la deuda en moneda local solo representaba un 3% del total de la deuda, y para el 2015 era de un 33%. Ante una crisis de default, una devaluación de la moneda ayudaría a disminuir el valor de la deuda en términos reales, lo que facilitaría su pago.
Un grave error que cometió el Gobierno dominicano en 2014 fue cambiar una deuda blanda como la de Petrocaribe y a largo plazo, por una colocación de bonos a 20 años con una tasa cupón de 5.77%, el spread o diferencia de dicha deuda es alto en prejuicio del país, ya que el país pagaba un 1% anual de interés y era una deuda financiada a 25 años.
Para pagar esa deuda en su totalidad, el Gobierno dominicano debió utilizar parte de las reservas internacionales que poseía el Banco Central en ese momento, que ascendían a US$4, 281.6 millones y no realizar una colocación de bonos para saldarla.
El Gobierno dominicano debe iniciar un proceso más agresivo de emisión de deuda en pesos para mitigar los riesgos de una cesación de pagos, y de una devaluación acelerada del peso, para que de esta forma no aumente el valor nominal de la deuda denominada en dólares. En esta década que apenas inicia, las finanzas públicas sufrirán una prueba de fuego cuando cerca de US$10,017 millones en bonos entre en vencimiento entre 2024 y 2027. Dios que nos agarre confesados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario