El docente en el área de Formación Integral Humana y Religiosa debe de desempeñar frente a sus estudiantes y a la sociedad el conocimiento y aplicación de los valores morales, además fomentar el desarrollo estudiantil en todas sus facetas, debe buscar conseguir una coordinación entre la forma en que sus estudiantes se comportan, razonan y sienten. El docente debe ser el que empuje al estudiante a que florezca en la su formación espiritual y que lo pueda desarrollar, así como su sentido de pertenencia a una sociedad, que se formen como personas dolientes y preocupados por su sociedad, incentivándolos a que sean cada día mejor; que puedan encontrarse con ellos mismos y tengan sentido de transcendencia, de manera que crezcan con determinación y confianza. El papel del docente en esta área debe de ser el de formar jóvenes para que vivan con esperanza hacia la vida y amor.
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