La pedagogía social entre las ciencias de la educación.
La Pedagogía es una Ciencia de la Educación junto a las demás Ciencias
que se ocupa de esta materia. «Lo que las une es el estudio de la
educación (objeto material); lo que las distingue es el aspecto que
estudian de la educación (objeto formal).
Por tanto, el objeto de la Pedagogía es el acto educativo y su tarea
es normativa mientras que las Ciencias de la Educación se preocupan
del fenómeno ocupacional y son descriptivas. Esta diferencia es muy
importante: distingue el objeto de la Pedagogía del de las Ciencias de la
Educación y, por consiguiente, sirve para no confundir la una con las
otras.
Los analistas de la educación se preocupan en establecer clasificaciones de las disciplinas que configuran las Ciencias de la Educación, con el objetivo de conocer hasta qué punto la que nos ocupa es distinta de las demás, así como las relaciones de vecindado de proximidad entre ellas.
Pedagogía Social.
Segundo grupo: Los que mantienen la unidad del saber pedagógico, sin
perjuicio de un desarrollo más o menos autónomo de las Ciencias de la
Educación. El hecho de tener que elegir alguna de entre las muchas
que podrían ofrecerse en este grupo obliga a la selección de estas
clasificaciones. Puede decirse, por lo tanto, que la Pedagogía
Social pertenece a un ámbito concreto de las Ciencias de la Educación en
cuanto se refiere a una de las aplicaciones específicas de la educación,
la formación del ser humano, así como los aspectos relativos a
la inadaptación y marginación social. Tercer grupo: Autores que
tienen un cierto desprecio por lo pedagógico.
La postura de este grupo de autores tiende a criticar la existencia de una ciencia general de la educación en favor de las ciencias específicas y concretas. No compartimos esta postura por considerarla fruto de un momento histórico concreto y desarrollada, sobre todo, en el ámbito anglosajón. El espíritu que anima en nuestros días, casi de forma unánime, al conjunto de la comunidad científica, es el que tiende a considerar la identidad de la Pedagogía como perfectamente compatible con una relación interdisciplinaria con las otras Ciencias de la Educación.
La Pedagogía, como tal ciencia de la educación, es susceptible de
estudio científico, autónomo y, junto a ella, alrededor del objeto de la
educación se encuentran otras ciencias. La Pedagogía Social no sólo
se ocupa de los procesos educativos en lugares y contextos relacionados
con la educación, sino que atiende los problemas de la vida cotidiana de
las gentes. Carácter científico de la pedagogía social
Al estudiar el carácter científico de la Pedagogía Social, se alude a
que se trata de una ciencia, es decir, conocimiento, pero no de un
conocimiento cualquiera, sino, como señala Bunge , de un tipo de
conocimiento «racional, sistemático, exacto, verificable y, por
consiguiente, fiable».
No todas las ciencias acceden del mismo modo a la búsqueda de la verdad,
dado que no todas tienen el mismo objeto de estudio ni en todas ellas el
científico se implica de igual modo. Es necesario tener presente la
distinción, ya clásica, entre ciencias naturales y formales, y ciencias
humanas y sociales.
La Pedagogía Social no es menos ciencia que lo pueden ser las Ciencias
Naturales, sólo que constituye un cuerpo de conocimiento organizado de
distinto modo, porque son diferentes sus puntos de partida y sus
conclusiones. Las Ciencias Exactas parten de supuestos, en tanto que las
Ciencias Sociales parten de hechos y acontecimientos, dado que tienen al
ser humano como su objeto y también sujeto de estudio.
Carácter normativo y prescriptivo de la Pedagogía Social.
El carácter normativo, dimensión esencial que contribuye a definir la
Pedagogía Social a lo largo de su desarrollo histórico, es un elemento
inherente a la misma en sus diferentes cosmovisiones. No solamente es una
nota característica de la Pedagogía Social, sino que es esencial a la
misma y constitutiva de su ser como Pedagogía. Esta característica de
normatividad, así como su carácter prescriptivo, configuran la
identidad de la Pedagogía en general y también de la Pedagogía Social.
La Pedagogía Social como ciencia se va construyendo a lo largo de la
historia. «La ciencia entera no es más que el refinamiento del pensamiento
de cada día», escribió Einstein al final de su vida. La
Pedagogía puede contemplarse como una ciencia teórica, si se considera que su
fin es descubrir lo que es la educación; es decir, estudiar las manifestaciones
del proceso educativo.
La Pedagogía tiene vocación interdisciplinar, según Cremin: «No
podría ser de otro modo, dada la amplitud de su objeto de estudio. Esta
vocación es común a todas las ciencias sociales en el estudio del
objeto también común a todas ellas, el hombre en sociedad; y una clara
vocación de síntesis».
La articulación metodológica que puede facilitar dicha síntesis, se
puede vertebrar sobre tres principios: El objetivo final de la
Pedagogía Social lo constituye el hombre en su relación con los otros
hombres, y sólo la necesidad de parcializar el objeto de análisis provoca
la disociación de los factores económicos, políticos y sociales.
La tarea a realizar se centra en describir las articulaciones existentes
entre los diferentes ámbitos o parcelas que conforman la realidad social,
de tal modo que podemos comprender la totalidad de la sociedad.
El hecho de que la Pedagogía Social sea una disciplina con entidad
propia e independiente, no significa que no tenga que nutrirse de otras
fuentes. Su condición especial de «ciencia de encrucijada» le impone la
necesidad de tener en cuenta lo que otras ciencias relacionadas pueden
aportarle. Ninguna disciplina científica y ningún campo de la praxis se
fundamentan sobre un saber único. La Pedagogía Social no es tampoco una
excepción, guarda una estrecha relación con otras disciplinas.
Pedagogía Social y Pedagogía General.
Existen diversos autores que consideran la Pedagogía Social como una
disciplina pedagógica vinculada a la Pedagogía General. Arroyo
indica, en este sentido: «La teoría y la praxis de la educación social
abarca una amplia y significativa parte de la educación general. Ello
explica su necesaria vinculación a la Pedagogía General, al menos en la
problemática fundamental».
La Pedagogía Social también busca reconstruir los procedimientos
formativos a través de los cuales se configura el comportamiento humano: a
esta dimensión cognoscitiva viene a agruparse, no obstante, el aspecto
normativo, la reelaboración de los datos adquiridos con vistas a la
consecución de los fines deseados.
Pedagogía Social y Sociología de la Educación El debate
epistemológico acerca de la definición conceptual de ambas disciplinas
se en el tiempo. Se ha desarrollado vinculado a determinadas corrientes
ideológicas que concedían predominio a una u otra dimensión según los
intereses predominantes.
La Pedagogía Social también considera los grupos y las estructuras que
median en una determinada formación humana, estudiando el impacto de los
condicionamientos a que está sujeta la personalidad durante su desarrollo
e integración en la colectividad. En cambio, la Sociología de la
Educación, intenta construir el conocimiento sistemático, verificado bajo
un plano empírico-factual. La Pedagogía Social interviene operativamente en
la praxis de las relaciones educativas, tratando de orientarlas hacia fines
determinados sobre la base de los datos disponibles y las opciones de
valor.
La Pedagogía Social es considerada por diversos autores como saber
autónomo y, hoy en día, es la tendencia más defendida en la corriente
pedagógico-social. Las investigaciones que se llevan a cabo en el
mundo académico, así como las publicaciones de índole muy diversa, se van
inclinando cada vez más hacia la intervención social. Se echan de menos
trabajos de fundamentación epistemológica y de desarrollo teórico de la
Pedagogía Social. En suma, se demanda cada vez más una Pedagogía Social
aplicada, con el riesgo consiguiente de dejar a un lado el
avance epistemológico, que es lo que hace avanzar la ciencia. La Pedagogía
Social, por su dimensión teórico-práctica, se halla en el difícil
equilibrio de cultivar ambas dimensiones.
Especificidad disciplinar de la pedagogía social.
El volumen de conocimiento se va incrementando progresivamente debido
al desarrollo científico-tecnológico. Se ha comprobado que los
conocimientos van aumentando de forma cada vez más rápida, lo que
constituye, sin duda, una gran esperanza para fomentar la calidad de vida
de todos los seres humanos. La delimitación de los conocimientos se hace
cada vez más compleja debido al solapamiento existente entre ellos, así
como al número de disciplinas que se ocupan del mismo objeto de estudio;
por ello, no podemos limitarnos a la delimitación clásica del objeto
material y formal.
Objeto de estudio de la Pedagogía Social.
No puede reducirse el campo de la Pedagogía Social a la dimensión
carencial y de ayuda, elemento constitutivo desde su nacimiento, vinculada
a resolver necesidades en un momento histórico que demandaba atención
urgente. En efecto, la Pedagogía Social hace referencia al campo de la
Educación Social y al ámbito de la socialización del sujeto, tanto desde
la perspectiva normalizada como desde situaciones especiales.
Ciencia pedagógica.
La Pedagogía Social, como tal, participa de las notas propias de la
Pedagogía. Se trata de una ciencia de carácter prescriptivo y normativo, y
también una ciencia aplicada a la resolución de problemas. La Pedagogía
Social es una ciencia pedagógico-social que se enmarca en las ciencias humanas
y sociales, y como tal, participa de la complejidad conceptual y
metodológica de las mismas. Aunque consideramos a la Pedagogía Social como
ciencia pedagógica, nos inclinamos a pensar que se trata de una pedagogía
especial. No la consideramos como Pedagogía General, sino como una
pedagogía especial que se ocupa de un campo concreto de conocimiento.
Ciencia práctica y aplicada.
La Pedagogía Social trata de aplicar los conocimientos (el saber) a la
praxis (saber hacer). No se trata tan sólo de una herramienta tecnológica,
sino que intenta aplicar los conocimientos a la mejora de la acción con
una finalidad educativa. No se alude tan sólo a herramientas y recursos
como meros instrumentos, sino que la Pedagogía Social puede considerarse
desde la perspectiva tecnológica, ya que se orienta a la resolución
de problemas socioeducativos.
La vinculación teoría-práctica en el campo que nos ocupa no constituye
sólo un ente de reflexión abstracta, sino que se trata de la razón de ser
de la Pedagogía Social. La unión entre teoría y práctica, hechos y
valores, investigación y acción, reflexión y praxis, etc., constituyen su
razón de ser, pues no puede avanzar al margen de los hechos.
Esta ciencia se va construyendo en un devenir histórico, en la
conjunción de criterios epistemológicos, funcionales y prácticos en su
doble dimensión, a la vez como ciencia teórica y de la intervención. Las
necesidades de la práctica nos llevan a que el conocimiento se oriente
hacia la dimensión profesional, y las aplicaciones prácticas, como criterio
diferenciador en la Pedagogía Social.
Integración teórica.
Todas las ciencias empírico-prácticas intentan reconstruir su campo de
estudio desde la perspectiva teórica y epistemológica, con el fin de
canalizar la realidad y comprenderla con más profundidad, para construir
los conocimientos, modelos, conceptos y teoría que le proporciona el
corpus científico necesario para ser ciencia. En este sentido, existe un
conjunto de conocimientos teóricos, cada vez de un volumen superior, que
configuran el corpus de la Pedagogía Social.
Piaget observó cómo unas materias se solapan con otras, al tener el
mismo objeto de estudio. Existe una gran relación entre disciplinas y es
necesario tener en cuenta la cooperación entre ellas. Puede ser adecuado
tener presente también la distinción clásica entre objeto material, común
a varias ciencias, y el objeto formal, o perspectiva o enfoque de la misma
desde una óptica más concreta y específica.
La Pedagogía Social precisa de un planteamiento interdisciplinar
vertebrado desde un eje y enfoque conceptual concreto, de
carácter pedagógico social. Este enfoque es imprescindible para no
desvertebrar la Pedagogía Social, pues conocimientos a veces inconexos
tomados de otras ciencias pueden ser de gran interés, pero si carecen
del enfoque que precisa nuestra disciplina, no contribuirán a construir el
conocimiento, sino a irlo desdibujando poco a poco. Es imprescindible no
descuidar este aspecto si no queremos perder la identidad que constituye
la razón de ser de la Pedagogía Social.
Métodos en Pedagogía Social.
Como se ha podido comprobar, el objeto y el método constituyen los
elementos configurados de lo que se denomina la cara y cruz de una moneda;
en nuestro caso, la razón de ser de la Pedagogía Social. Incluso se ha
llegado a afirmar que una ciencia puede considerarse autónoma cuando
construye sus propios métodos de trabajo.
La Pedagogía Social, como ciencia pedagógica y social, recurre a los
métodos utilizados por las ciencias humanas y sociales, haciendo énfasis
especial en los métodos y técnicas que le son más específicos. De esta
forma, desde el ámbito educativo, utiliza métodos y estrategias de acción
con el fin de lograr una finalidad orientada hacia la mejora de individuos
y grupos sociales.
El objeto de estudio de la Pedagogía Social hace referencia tanto a la
educación social, por lo que precisa de acciones orientadas a la intervención
social, como a la construcción del conocimiento científico-pedagógico
social. Desde esta perspectiva bipolar se ve que la Pedagogía Social debe
recurrir a la metodología heurística (Pedagogía Social) y a la metodología
de intervención social (Educación Social): Perspectiva investigadora: la
Pedagogía Social recurre a los métodos de investigación desde la
perspectiva cuantitativa y cualitativa con el fin de investigar la
compleja realidad social.
El objeto de estudio de la Pedagogía Social, por su propia índole, así
como los métodos propios de la Pedagogía Social y de la Educación Social,
llevan a delimitar profesionales con diferente nivel de preparación, que
se orienten a realizar tareas específicas en los diversos campos de
actuación. El pedagogo social requiere una formación de carácter teórico y
científico más completa que la del educador, dado que se orienta hacia la
formación de los educadores sociales, hacia la investigación y
construcción del conocimiento. Este profesional, clasificado por la Unión
Europea de nivel 5, requiere tanto del dominio teórico-científico como de
las estrategias de acción e intervención social.
El educador social que precisa de una formación científico-cultural de menor
nivel académico, poseerá competencia personal y preparación tecnológica.
Requiere una fuerte preparación en metodologías, técnicas y estrategias de
intervención. Debe estar preparado, también, en lo que se refiere a la
elaboración y diseño de programas y proyectos socioeducativos.
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